27/11/16

Veneno.

El amargo veneno recorre mi garganta. El sudor salado se introduce en mi cuerpo. La amargura de la vida que mi mente no asegura cuando va a pasar por la calle que te vea y se fije. Es tan solo una ilusión óptica, una esperanza, un sueño que nunca existió. Pero es tan bello pensar que fuiste mi ilusión, mi gran deseo. Mi cuerpo tiembla, no se encuentra bien, se calienta, se descontrola. Pero pasa de largo para poder continuar viviendo como lo había hecho hasta ahora. Pero podía haber tomado otro camino, otra ruta y estar más feliz. Ser otra persona valerme por cómo soy. Ya que un día descubrí que el arte corre por mis venas. Debo ser una persona coherente, seguir la corriente de esta miseria y pobre sociedad. Qué bonito pensar que el sueño vuelve cada noche. Es como sentir una doble vida, solo que con una quieres quedarte y no puedes. Despierto y continúo en mi irrealidad, haciendo cosas con las que me tengo que conformar.
25 de noviembre del 2002.

En esta ocasión el escrito que hago tiene que ver  con un pequeño tropiezo en mi vida amorosa. Parece ser que se me han presentado diferentes formas en mis relaciones para ponerme a prueba. Una prueba en la que tenía que sacar el lado mío, del odio hacia los hombres. Era comprensible el ser joven y experimentar con los hombres pero lo que no era comprensible era hacer daño. Un daño del que de momento no me arrepiento porque sé que  todo sucedió para yo poder darme cuenta de mi herida. Sí voy a pedir disculpas por haber hecho daño. Ya que el daño no se le da a nadie ni a ninguna persona, ni a mí misma persona, ni a ningún objeto. El daño causa nuevas heridas. Por lo cual espero que estas personas comprendan mis disculpas. Ese daño espero que se atenúe con mis disculpas. No es un daño que hice de forma consciente. Sé que lo hice por aventurarme y por experimentar. Sí que lo hice porque algo distinto no andaba bien dentro de mí. Con el tiempo no se sanan las heridas. Con el tiempo puedo darme cuenta del dolor y de las heridas que están por sanar. Actualmente este pasado está totalmente sanado. Los hombres que pueden estar junto a mí pueden estar seguros y sanos y salvos. Esto no quiere decir que a medida que vaya experimentando y viviendo encuentre nuevas heridas. Ya que las heridas siguen saliendo con pequeñas vivencias de mi día a día. Actualmente tengo un hijo, sé que él me va a enseñar un nuevo orden que comprender a la parte masculina que tengo en mí.
Gracias a mi pequeño maestro andaré junto a él por la calle de la vida disfrutando y aprendiendo.

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