23/11/16

Sueños


En mis manos se encuentra la libertad inesperada aquella que añoro cuando mis sueños nunca acaban. Esos sueños que me pierden la cabeza, que me hacen daño, que me arruinan la vida, que me llenan de amor, que me asustan, que me consumen poco a poco la vida. Esos momentos de descanso que en ocasiones se vuelven agotadores, insospechosos, pero y esas veces que me llenan de vida y quisiera quedarme durmiendo para el resto de mi vida? Qué bueno estar soñando y tener a quien quiero en mis brazos, para saborear su piel, sus besos; pero qué doloroso saber que tengo que despertarme y no tengo a nadie quien me quiera a mi lado Hubiera deseado que el sueño fuera real y la vida no lo fuese. Es cruel no tener lo que quiero, pero más cruel es desear y pensar en lo que dejé pasar cuando  tuve la oportunidad. Cuando despierto, ahí encuentro con que era un sueño; soñando encerrada en mi misma. Que bonito y bello pensar que al anochecer volveré a soñar, cosas que me llenen de alegría, de fantasía, de amor, son cosas que en mi vida nunca existieron y me defiendo con ellas como si fueran de mi propiedad. Pero, por qué no cambiar mi realidad? Por qué hacer de mi vida una rutina pesada, aburrida y muy larga?
Noviembre del 2002

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