6/6/11

Todos somos Habiba


La hija de Habiba solo tiene 15 meses y ya ha vivido en carne propia el sufrimiento. Fue separada abruptamente de su madre, una inmigrante marroquí a la que se castigó por realizar uno de los actos más naturales y primitivos del ser humano: dar la teta. Así como lo leen, el delito de Habiba, según el Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF) es la lactancia materna continuada. El organismo, que acogía a la pequeña y a su madre, le quitó a Habiba la tutela de la niña por «no cumplir con los objetivos de un programa de psicoterapia y habilidades maternales que implica abandonar la lactancia a demanda y prolongada por considerarla caótica y perjudicial para los niños y niñas».

¿Caótica y perjudicial? Lo que nos faltaba, vamos, que un organismo público que en principio está creada para beneficio de los niños satanice la lactancia ya es el colmo.


Habiba aceptó vivir en una residencia para madres jóvenes de Madrid debido a que por sus circunstancias económicas adversas, consideró que era lo mejor para ella y para su pequeña. Lo que la joven ingnoraba es que el IMMF obliga a las madres lactantes a medicarse para detener la producción láctea. Y lo hace sin ningún fundamento científico ni legal, porque los niños también tienen derechos y eso es algo que las autoridades que dirigen el IMMF deberían saber.

La noticia generó una gran polémica en la blogosfera materna y en las redes sociales. Hay un grupo de apoyo a Habiba en Facebook, que en apenas dos días consiguó la adhesión de más de 1.800 usuarios.

La doctora Ibone Olza, especialista en psiquiatria infantil, fue la primera que alzó la voz ante esta terrible injusticia. A Habiba se le apartó de su hija y después se le echó a la calle puesto que según el IMMF ya no tenía nada que hacer en el instituto. Olza, que atendió a la inmigrante marroquí, pudo constatar la precaria situación de la joven quien espera que el IMMF se retracte para poder reunirse con su pequeña. Habiba no consume drogas y no padece ninguna enfermedad mental que le impida hacerse cargo de los cuidados de su hija. Su único delito fue alimentarla con su leche.

La Asociación Española de Pediatria defiende que la lantancia debe ser a demanda y puede prolongarse tanto como madre e hijo deseen. Olza considera el caso de Habiba como «una gravísima violación de los Derechos Humanos y de los Derechos del Niño».

Cientos de personas ya se han sumado a la iniciativa de Olza para reunir a Habiba conn su hija enviando cartas al defensor del pueblo para solicitar su internvención. La Fundación Raíces también se ha involucrado en esta causa y ha emitido un comunicado rechazando la actuación del IMMF. No es la primera vez que el Instituto Madrileño, dirigido por Paloma Martín, es descalificado públicamente permitir que en los centros de acogida se medique, humille y maltrate a los menores internos. ¿Cuál es el objetivo de este centro? ¿Promover el maltrato? Es vergonzoso que la comunidad madrileña aún no haga nada contra estas graves acusaciones. Es intolerable que un organismo público pueda quitar la custodia de sus hijos a cualquier mujer, sea inmigrante o no, sin mediación de la justicia y sin motivos que avalen que dicha separación es lo mejor para el menor.

Quienes deseen sumarse a la iniciativa pueden hacerlo dirigiéndose una queja al Defensor del pueblo al mail: registro@defensordelpueblo.es o firmando esta petición.


Extracción de La voz de Galicia

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