Primera cosecha, un rábano que sabe a gloria, sabe a felicidad de conseguir dar vida y poder tener un resultado tan espectacular como este. La revolución empezó el 21 de abril, haciéndolo coincidir con el cumpleaños de mi hija (cumplió dos años); a partir de entonces hemos decidido ser más ecológicos, sacar provecho de nuestro balcón y así obtener alimentos del sol que recibimos. Espero que el resto de plantaciones sean igual de productivas y de sabrosas como el rábano, aunque tengo que decir que ya llevo tiempo disfrutando del apio que salió por arte de magia y enriquece mucho los calditos, uhmmm! Bon profit!
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