26/7/18

Hasta nunca miopía

Recuerdo hace ya casi dos años, empecé con el trabajo diario de la miopía, para poder ir a la profundidad del asunto a nivel emocional, físico y energético. Ya escribí acerca de mis avances y trabajos. Hice acupuntura: http://agnesortega.blogspot.com/2016/12/trabajando-la-miopia.html
También estuve haciendo mucho trabajo en meditación, con gafas reticulares, etc.: http://agnesortega.blogspot.com/2017/01/miopia-amiga-adios.html
Seguí trabajando un tiempo más, incluso consultando a mis guías: http://agnesortega.blogspot.com/2017/06/mentira-obsoleta.html
Y recuerdo, cuando estuve en una excursión de una propuesta llamada connexió natura 2.0 que hice con mucho cariño con mi amigo Natxo, que estuve caminando en mi proceso de acompañar a la miopía. En un tramo de la ruta a lo lejos había un cartel, estaría a más de cinco metros. Sin embargo pude leer claramente que camino indicaba, lo agradecí, me encanté, me enamoré de mi de nuevo. Sentí tranquilidad y seguí el camino en silencio para sentir la naturaleza en mi ser.
Llegó el verano del 2017 y estaba conduciendo con mi hijo y mi hija detrás en sus sillas. Les miré para preguntarles una cosas antes de poner el coche en marcha y me fije el los detalles que me otorgaba mi vista a través de unas gafas graduadas. Pues para conducir me ponía las gafas graduadas. Me sentí triste, pues creí que me estaba perdiendo la belleza que desprendían mi hijo y mi hija en cada momento. Así que decidí finalizar el proceso individual de caminar junto a la miopía. Lo agradecí. Sigo dando gracias a día de hoy de todo lo que puedo ver y disfrutar de la belleza que hay a mi alrededor. Ese verano decidí también hacerme una intervención quirúrgica comprometiéndome a seguir trabajando con mis miedos por el exterior, esto lo haría a través de terapia individual, de seguir formándome en conceptos integrales y holísticos.
Una de las pruebas para poder pasar a quirófano es la dilatación de la pupila. La verdad que las pruebas fueron muy bien y con tranquilidad y segura con lo que quería.

En esta fotografías estoy en la consulta de la clínica donde me operé, me hice las fotografías para poder despedirme de una buena compañía que estuvo en mí casi veinte años. Me ha enseñado muchísimas cosas la miopía. He aprendido a comprender mi miedos exteriores, miedo a perderme en la multitud, miedo a la gente que fricciona en mi ser. Sigo trabajando mis miedos, porque seguros que aparecen en el momento preciso para yo poder atenderlos, y es desde ahí que aún sigo sigo consciente de que puedo ver aquello externo para ser consciente y darme cuenta de que estoy siendo ahora. 




Y el resultado de la operación, es ya no llevar gafas ni ningún artilugio para recordarme que estoy viendo. Sólo agradezco constantemente mi ver en la lejanía. Toda una gozada poder abrir los ojos y ver con detalles la vida. Gracias vista, gracias miopía, ya que sin ti no estaría apreciando tanto el poder ver la vida a mi alrededor. Muchas gracias.

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