Para mi asombro me encontré con una manchita blanca en el pezón. Durante la noche ya me había molestado el pecho derecho y fue por el día que observé esta aparición. Pensé ¿grieta o perla de leche?
Aún teniendo experiencia como asesora de lactancia la duda estaba en mí. Consulté con mis compañeras asesoras y confirmado. Es perla de leche. Un conducto de la mama está obstruido. Qué hago? Pues a seguir amamantando a mi hijo hasta que el orificio se destapone y fortalecer la flora por la afección del posible cambio de estación, estrés... Para fortalecer lo tengo que hacer con probióticos.
Sé a ciencia propia, experiencia propia, que el detonante de un problema en mi pecho es la autodesvalorización como madre. Es mi propia proyección de un desequilibrio en mi maternidad. Y es que he tenido una crisis de desbordamiento en cuanto a criar y falta de límites.
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